La botigueta de l'Alex

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Que Grande es el Cine, by Elnan

Palaceteños

Sara Carbonero, Musa Oficial

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lunes, octubre 30, 2006

Episode IIIII, by Eldeu

Trece minutos después, llegaron. -Llegáis tarde, Jordi. El Capitán ha comenzado a ponerse nervioso... Ya no le quedan uñas de los pies -Has cumplido con lo ordenado? Veamos el parrús, gamarús-ordenó Jordi-No está mal, aunque te has dejado unos mechones de pelos.

Tendremos que arreglarlo. Rai, trae las pinzas.
-Capitán. El Señor Raimon, el señor Jordi y el Mariscal Tro han venido a verle-anunció Rummi, sudando más que las axilas de Camacho. Rai había hecho un gran trabajo con su parrús. -Ah! Por fin. Imagino que ya os han puesto al día. Tenemos problemas, graves. Y no sólo hablo del pivote defensivo, que también-Nunca antes habían visto a Fórceps tan nervioso. Bueno, si, dos veces. Pero Koeman y Belleti lo arreglaron... Esta vez no contarían con ningún tipo de ayuda externa.
ANT
Se despertó, como de costumbre, más cansado que cuando se metía en la cama. Lógico, por otra parte. Las 5 rubias, 7 morenas y 0 pelirrojas, amén de los 2 travestís, le daban a Ant una caña que nuestro Michael Knight particular agradecía y necesitaba. Con la taza de café en una mano y sus revistas porno en la otra, encendió el ordenador con la punta de la... "Tienes un e-mail", rezaba la ventana que se abrió nada más reiniciar el ordenador 356 veces. -Puto Windows- pensó, mientras leía detenidamente el mail a la vez que intentaba, sin éxito, separar las páginas pegadas de las revistas.-No le vuelvo a dejar las revistas a Salanova ni de coña. "El Capitán necesita de tus servicios con urgencia. Situación grave. Ven enseguida..." El mail era claro y conciso. "Ya estamos otra vez liados, el puto pivote defensivo" pensó Ant mientras seguía leyendo. "No se trata del pivote defensivo, que también..." Era un tema serio, sin duda. Se vistió rápido, desvistió, le echo un polvete a cada una de las habitantes de su cama, y salió por la puerta a toda leche. Tuvo que volver atrás, claro, ir a ver al Capitán desnudo, pese que se habían visto de esa manera cienes y cienes de veces, no era de recibo en esta situación. No sin dificultades, acabó por elegir el mejor de los coches para la misión a la que se iba a enfrentar. El Twingo verde pistacho nunca le había fallado. Mientras salía por la puerta del garaje, "KITT" se cagaba en todos sus muertos
PE
Por fin llegaba su momento. Los 20 años de azafata en el palacete no fueron en vano. Había aguantado los desplantes del Capitán y las idas y corridas de todos los habitantes del palacete. Y eso que es más grande que Andorra. 20 años dan para mucho. Además, en sus días libres regentaba la lampistería, lo que le permitió hacerse con la instalación de la iluminación del palacio, no sin antes tener que pagar un par de favorcitos al Capitán y amigotes. En todas y cada una de las lámparas de palacio había colocado micrófonos y webcams. Conocía todos los movimientos del hombre al que tanto odiaba. Había llegado la hora de la venganza. Se embutió en el traje rollo "Catwoman" hecho a medida (aunque 20 años atrás) y, para sorpresa de todos los espectadores, aún le cabía. A ella no le sorprendió, empero. Durante los 20 años fue consciente de que, llegado el momento, debería estar en forma. La manera en que se mantuvo en forma, sin embargo, no viene al caso. Notó una vibración y enseguida supo de qué y quien se trataba. Es más, lo estaba esperando. Normalmente no cogía la llamada hasta que la vibración la dejaba totalmente satisfecha, pero esta no era una llamada normal. Al tercer orgasmo sacó el móvil y se lo puso en el ombligo. -Ha llegado el momento, ¿lista?- la voz de Aaron sonó distante, a unos 600 kms, más o menos.
SUB
Sólo había ido a entregar un post al Capitán, que se había olvidado, y ahora se veía metido en un lío de órdago. Lo que iba a ser un viaje a las profundidades del placer había derivado en un problema de tres tríos de cojones. No le dejaban salir del palacete. El "hacerse una pajillas", pese a que habían sido "sin mariconeo", con Fórceps, le otorgaba información privilegiada que los enemigos del Gran Capitán podrían utilizar en su contra. Así que la única opción era sumarlo a la causa. Le dieron un tirachinas, una escoba, zapatos de tacón, un chal monísimo y un casco con una inscripción que, tanto compañeros como contrincantes, iban a olvidar en tres segundos. "Nasio pa matá"
"Este no dura ni un segundo" pensaron al unísono el Capitán, Jordi, Raimon y el Mariscal Tro. -A partir de este momento, hijo, pasas a llamarte Subcomandante-espetó de Can Tarradellas, para no perder la costumbre de espetar de Can Tarradellas de vez en cuando, el Capitán. -Pese a ello, no te crezcas, eres el último mono.
OSCARINI
Su relación con el Capitán se deterioró mucho después de la incursión de Fórceps en el mundo de la pintura. Pese a que le había dibujado desnudo en muchísimas ocasiones, Oscarini siempre exigió su vuelta a la escritura. Después de darle alguna paliza, romperle el mentón y luxarle el coxis, limaron diferencias. La relación, sin embargo, nunca fue la misma. Aún así, se profesaban un mutuo respeto, como demuestran las orgías desenfrenadas que montaban de vez en cuando. Por todo ello, no recibió con alegría su siguiente misión. Además, el hombre quien se la encargaba no era, precisamente, su mejor amigo. El encargo era bien claro, pisotear la cabeza de su, no hace tanto, gran amigo. Pero ese era su trabajo, esa era su vida. Además, cuando recibía un encargo de esa estirpe, una fuerza inhumana, mística, le incontrolaba hasta que había cumplido su objetivo. "El espíritu de Juanito" lo autodenominaba. Estaba claro que Aaron Z sabía qué teclas tocar.
Y no eran teclas lo único que tocaba Aaron. A 600 kms de la estancia del Capitán y su grupo, escondido en las caballerizas del palacete, Z seguía esperando con la Uzi en las manos... Y entre llamada a Penélope y llamada a Oscarini, Aaron se tocaba imaginando el final de su enemigo y con él, el final de Matrix

jueves, octubre 26, 2006

Episode IV, by Fórceps

El Mariscal Tro llevaba varios años recluido en un monasterio Tailandés.
Sólo había salido una vez, atendiendo la llamada del Coronel Truman, pero hacía ya años de eso....

Ahí se dedicaba al Tai-Chi, el punto de cruz, y jugaba (por pasta) el Monopoly con los indígenas.
Cuando Rai y Jordi cruzarón el detector de metales, Tro levantó sus ojos del tablero, pegó un tiro a los tres Thailandeses que compartían partida con él (para que no le metieran hoteles de estranquis), y les interrogó con la mirada (a los visitantes, no a los cadáveres).
-¿Mariscal? -preguntó Jordi.
-Una de arena, otra de cal. ¿Quienes sois?
-Somos asociados de Fórceps. Necesitamos su ayuda -apostató Raimon.
-Ante la duda, la más peluda- espetó el Mariscal.-¿Qué se cuece en las europas?
-Verá -titubeó Jordi- parece que hay una conspiración judeo-masónica para a Fórceps liquidar.
-A galeras a remar, excelentes noticias, que tengan un buen dia. Acompáñelos a la salida, Chu-Lin -dijo. Recogió los tres cuerpos del suelo, los volvió a sentar desalbazadamente en las sillas, y siguió "Bueno, me tocaba a mi, ¿no?"

Cuando los catalanets estaban a punto de abandonar el templo budista escoltados por Chu-Lin, se oyó a lo lejos:
"Burruuuuuuuus, gamaruuuuuussoooooooos, que era broma, collons"
Se pararon.

Se acercó Tro, y en tono jovial inquirió:
-Bueno, ¿cómo va todo? ¿El Barça otra vez campeón de la Copa de Ferias?
-En ello andamos, Mariscal, estas cosas son muy serias -respondió Raimon- a vueltas con el pivote defensivo.
-Aunqué parezca sorpresivo, hay que jugar con pivote defensivo. ¿Me decían algo de que Fórceps están en apuros? Necesitaremos trilita, bovinas de amianto, escurridera para los spaghetti, tabaco, ropa interior de leopardo y sub-fusiles a raudiles.
-No es problema -dijo Rai- ¿Jordi?
Soler se sacó un tubito del bolsillo, lo extendió y se lo metió por la nariz. Permaneció quieto.
Tro se lo quedó mirando cómo si no hubiera visto un tio con un neurotrasmisor napial en su vida.
En pocos segundos, las orejas de Jordi empezaron a vibrar y se le cayó una ceja.
-¿Rummy? ¿Eres tú? Llegaremos en 12 minutos. Apaga la peli porno, prepara la cena, y depílate el parrús, gamarús.


Tro, excitado cómo un pederasta en una guardería, se ató la ya mítica cinta a la frente, se subió los pantalones un poco y se apretó el cinturon Prada, hizo unos gestos para relajar los músculos del cuello, le pegó una patada al mentón a un Tailandés que pasaba por allí y afirmó con voz segura: "Se marchó.....y a su barco le llamó, Libertaz...."

A 12.600 km de allí, y escondido en las caballerizas del Palacete, Aaron Z esperaba camuflado en su burka. Sus ojos reflejaban el hastío de llevar ya doce dias tocándose un huevo con una Uzi en las manos...

lunes, octubre 23, 2006

Episode III, by Raimon

EPISODE III: LAS SOBRAS COMPLETAS DE GAYMON


Se me hacía tarde. Agazapado tras el ñu, había contemplado con estupefacción la escena de Subcommander y Fórceps, que entre peta y peta y J&B y J&B se dedicaban, como juego presexual, a tocarle las nalgas a Rummi o a tirarle de los pelillos de su parrús mal rasurado.

- Este Rummi como spárring es divino - eyaculó Sub.
- Y qué lo digas! Me pone de un brutote que me tiraría hasta una tía.

Decidí dejarlos ahí, percutiéndose el uno al otro en un festival homo. Fórceps cabalgaba con fruición, y sus nalgas se movían a un ritmo conejil, bestial, primario. Al rato ya se habían intercambiado los papeles, y ahora era Sub quien de forma más pausada paladeaba con un gozo indescriptible cada hoyo en uno, gritando Vivas a Fidel, a la Revolución y a Mourinho, mientras agarraba al macho por los cuernos y le azotaba el costillar.
Antes de marcharme de la estancia todavía pude ver cómo Antonimus y Oscarini, avizores pero ocultos tras una efigie de la Virgen Penélope, se la pelaban a destajo como adolescentes mientras gemían libidinosamente y se mordían el labio hasta sangrar. Eldeu y Salanova estaban sentados en el sofá observando a la pareja de sodomitas, tomando notas, babeando y aplaudiendo a rabiar cada suerte de capote y de banderillas. ‘Esto de los toros será ordinario y salvaje, - pensaba Eldeu - ¡pero tiene un componente estético innegable! Qué gran corrida… Estos sí que no tienen problemas para embocar. Yo, en cambio, no le meto un gol al arcoiris. Y encima mi novio en Inglaterra… Buahhhhhhh’.

(Mientras tanto, a 6.000 km de allí, Sonsoles Fórceps e Imelda Subcommander se fundían las VISAs Oro de sus maridos con la tranquilidad de tenerlos entretenidos…).
Cuando abandoné la sala, el olor era, amén de excrementicio, nauseabundo, sabido es que las lefadas nunca han hecho buen maridaje con el alcohol, el cánnabis y el sudor masculino.

Me miré el escroto y vi que faltaban 3 minutos para las 12 de la tarde, tiempo suficiente como para coger el puente aéreo y aterrizar en la Biblioteca del Palacete antes de la 2. Al llegar a los mostradores de facturación, tras leer detenidamente no menos de 5000 carteles de Prohibido Fumar, vi una cola de yayas haciendo el check-in para el vuelo hacia Tsunami Springs. Ahí la azafata Penélope tuvo buenos reflejos, porque tras guiñarme la nariz abrió un nuevo mostrador para mi vuelo y llamó a mi nombre por minifonía.

- ¡Hostia Raimon, casi ni te reconozco con lo guapo que estás! ¿Cuánto te ha costado ese Photoshop que te han hecho en la cara?
- Gastos de representación… ahora trabajo para el Capitán – aclaré.
- Y debes haber perdido unos 200 kg últimamente…
- 300, para ser inexacto. Pero dime, Pe, ¿cómo está mi vuelo? – espeté (de Can Tarradellas).
- Lleva un retraso de 15 minutos.
- ¡Leche! ¿Y por qué?
- Tenemos todas las operaciones detenidas a la espera de un vuelo improcedente de Madrid… Pero alégrate, tu avión va prácticamente vacío en la cabina.
- ¿Cómo en la cabina?
- Sí, el Capitán nos ha hecho embarcar a 250 instaladores de Timofónica en la bodega, cuyas compuertas se abrirán cuando sobrevoléis el lago Fortea.
- ¡Perfecto!
- Te he puesto en el 14 A para que puedas disfrutar del espectáculo desde el mejor ángulo.
- Gracias Pe, que haría sin ti…
- Ah! Está prohibido fumar, Raimon.¿Ah sí?
A los 15 minutos, como había dicho Pe, se anunció el embarque de mi vuelo. Entré y me senté en mi butaca. Éramos pocos.

- Les habla el Cmndante Joan CG. El vuelo de hoy drará tr…inco mntos, a un vlcidad de hcdgf…mil ki…tros y una altura de vent…mil pieses. Recuerden que está prohibido fumar.

A continuación apareció Makilisto en el pasillo efectuando el gag de las salidas, las mascarillas de oxígeno, los cinturones y los chalecos salvavidas con todo tipo de gestos y miradas cómplices: fue un momento gay inenarrable. Poco después el avión despegaba plácidamente.

Fue un vuelo tranquilo, y como tenía sueño, me permití echar una cabezadita (concretamente la del pasajero de la última fila; todavía tatareaba el ‘Amo a Laura’ el muy imbécil cuando expulsé su cráneo por la única ventana practicable). Al tiempo irrumpieron Rambla y Rocco, con medias rojas, desfilando con el carrito de la comida.

- ¿Qué le apetece para comer, señor? – preguntó Rambla.
- Traedme unos sesos de Montilla, pôelés.
- Sólo tenemos sesos de Acebes, señor.
- ¡Coño, así me moriré de hambre!
- ¿Y para beber?
- Uhmm, tomaré un Van Nistelrooy del 2002.
- Si me permite, señor, ese año hubo mucha escarcha en la viña… - intervino Rocco de forma impertinente.
- Lo sé, el Manchester le metió 7 al Leeds.
- Bueno, iré a ver si nos queda alguna botella en la bodega.
- ¡No! – exclamé a tiempo -. Será mejor que no bajes. Deja, pasaré con una botella de Boadella Marfil. ¡Ah!, y unas Shocks, por supuesto.
- Perfecto – concluyó Rambla -. Por cierto, no está permitido fumar, señor.
- ¿Ah no?

Mientras devanaba los sesos de Acebes y me metía la tercera magnum de Boadella, el Comandante Joan CG anunció algo por megafonía: ‘A cnti...ón abr…mos las cmprtas de la bod..ga. Observn a stribor. Y recuerden que no está permitido fumar’. Y empezó la ceremonia eutanásica, repugnante si quieren, pero necesaria.

La visión de los 250 cuerpos precipitándose al vacío fue sencillamente colosal. Y mientras me metía el dedo en la nariz y escupía la picadura de tabaco (la mujer de delante, al ver que era tabaco, empezó a toser histéricamente), no pude evitar el despedir a esos pobrecillos con un ‘¡y sin cables, cabrones, como la mierda de módem que me instalásteis el año pasado y todavía estoy esperando a que funcione!’.

La aproximación me deparó un espectáculo precioso. El sol empezaba a ocultarse tras el horizonte y desprendía una luz rojiza intensa que convertía a los majestuosos jardines de palacio en un mariposeo de tonos ocres y pardos. Y a medida que el avión se acercaba a tierra pude ver con sorprendente nitidez las figuras divertidas de millares de zarzaputillas y vírgenes desnudas danzando en medio de ese páramo floral cruzado por ríos de semen. A lo lejos, retumbaban los cañonazos: los escuadrones de Chiringuis y Celofanes llevaban a cabo inquietantes maniobras…

Finalmente, el Antonov aterrizó sin problemas en la pista 3 del ala oeste del Palacete. Encendí el GPS y pulsé las coordenadas que me había dado Fórceps esa misma mañana. Tras sortear la Biblioteca y la Sala de las Guillotinas, entré en un laberinto de pasillos y más pasillos, decorados con trampantojos de Bañeres y Cherinola y con estanterías que contenían vasijas de cristal con los cerebros en formol de Rothschild, Morgan, Wilson, Churchill, y de todos los prohombres que habían puesto las semillas de nuestra gran civilización.
Finalmente, tras dejar atrás el Monumento Hemoal y el Memorial a la Segunda Orejuda, pude llegar a mi objetivo: la antesala del Despacho ovular.

Di dos golpes de glande a la puerta, y cuál no fue mi sorpresa cuando vi que quien me abría no era otro que Parado, enfundado en un majestuoso traje de portero de hotel y con una sonrisa de ceja a ceja: ‘El jefe me ha encontrado este trabajo tan cojonudo, Sr. Raimon’. Le abracé calurosamente, no sin dejar de levantarle el reloj y la cartera.

- Por cierto, Parado, crees que me podrá recibir? Es muy urgente, me envía el Capitán Fórceps.
- Uhm, está muy ocupado… ya le conoce usted.
- ¡Venga Parado, tutéame! ¡Cuántas veces te lo he dicho!
- Oh, eso nunca, señor…
- ¡Pues no me tutees, hostia, pero es de vital importancia que hable ahora mismo con él! Se hizo un silencio de 5 segundos, mientras Parado seguía impertérrito y con una sonrisa sardónica en toda la oreja - Por otra parte…esto os irá muy bien a tu señora y a ti para llegar a fin de mes… – añadí, mientras le metía una moneda de 5 céntimos en el bolsillo a la par que intentaba, vanamente, manosearle la huevera. ‘A éste también le han castrado’, constaté con cierta indiferencia.
- Uhmm, creo que podrá recibirle ahora mismo, señor.
- Excelente Parado, excelente!

Parado introdujo los códigos y la puerta de semental de hiena se abrió majestuosamente.

Y entonces le vi. En un primer momento me quedé sin aliento. Dentro de la sala reinaba un frenesí indescriptible cuyo centro estaba presidido por su figura fulgurante e hiperactiva: era Jordi. A pesar de la sonda naso-gástrica que le perfundía café continuamente, se movía con sorprendente agilidad cual operador de bolsa en el parket, observando al unísono más de 600 monitores de ordenador donde controlaba su miríada de blogs y seguía hasta 25 series de TV, a la vez que dictaba a sus 15.000 secretarias desnudas todo tipo de posts, comments, etc… Tal era la energía que desprendía ese ente sobrehumano que aprovisionaba de la misma a sus múltiples aparatos (iPods, PSP, discos duros, móbiles) llevándolos enchufados en su mismísimo culo. Los diálogos que mantenía, por otra parte, eran espeluznantes.

- A quina velocitat anem, Towers?
- Els arxius estan baixant a 17 terabytes/segon els últims 10 minuts. Ha disminuït sensiblement… - respondió éste con evidente congoja.
- Muny la mula, Towers, muny-la bé, recollons!!

A pesar de mis gestos Jordi parecía hipnotizado e incapaz de darse cuenta de mi presencia. Harto, decidí atestarle un bofetón estruendoso en plena cara para que reaccionara y me prestara atención.

- ¡Hostias, Raimon! Gracias por desconectarme. Llevo 17 meses sin dormir…
- Y sin ducharte, por lo que oigo…
- Cierto, una ducha me iría de piedras…
- No hay tiempo, Jordi. Tenemos que hablar de un tema gravísimo.
- ¿El Pacte Nacional per l’Educació?
- No.
- ¿La aprobación de la Ley de Bodas Gays? – volvió a inquirir, curándose en salud.
- Tampoco. Escúchame bien, Jordi, me envía el Capitán Fórceps. Esto es serio.
- Soy todo boca.
- El Capitán ha descubierto que existe un complot en palacio para asesinarle. Nos necesita.

Y Jordi cogió su móvil. Marcó los números adecuados y soltó de forma lacónica:

- Métete en el búnker, Capitán. Y no salgas ni hagas nada hasta que te avisemos.
- (al otro lado del hilo telefónico se oyó la voz lejana del Capitán) – Ahora mismo estoy en un SLK con Subcommander. Quería enseñarle los tomatales de Palacio, pero nos hemos perdido…

El semblante de Jordi reflejó de golpe la enorme gravedad de la situación.

- Jordi, tenemos que hacer algo. ¿Avisamos a la UAT de Los Ángeles? – le inquirí.
- No hay tiempo. Sólo una persona nos puede ayudar: el Mariscal Tro. ¿Sabes cómo localizarle, Rai? – me preguntó con voz queda.
- No. Vive aislado en las montañas desde hace 800 años. Sólo Rodríguez Repicó conoce su paradero exacto.
- Pongámonos en marcha, pues.

A 600 km de allí, y escondido en las caballerizas del Palacete, Aaron Z esperaba camuflado en su burka. Sus ojos reflejaban la confianza de quien se sabe con un Uzi en las manos…

martes, octubre 17, 2006

Episode II, by Subcomandante

EL PRÍNCIPE DE ZAMUNDA II: SUBCOMMANDER MEETS FÓRCEPS

El Capitán frunció el ceño y una mueca de disgusto se dibujó en su cara.
- Lo siento, Capitán –balbuceé-. No era mi intención votar a Zapatero…
- ¿Sabe usted, incauto, que hoy en día jugar sin mediocentro defensivo es lo más parecido a un suicidio? Tenga, fume.
- Lo sé, pero es que me resultaba muy graciosa la forma de sus cejas…
- ¿Y sabía usted, infeliz, que un volante de contención puede hacer las veces de mediocentro defensivo?
- Qué me va a contar- apostillé. Hoy, sin ir más cerca, he intentado ir de vientre cuatro veces. Tenga, fume.
- No puedo más que darle la razón. También a mí me sabe mal que se haya perdido la fígura del 4 en Can Barça. Laudrup, Reixach, Urizar Azpitarte… ¿Tiene hora?
- Las once de la tarde.
- Yo tampoco. ¿Y qué me dice de los tomates de ahora? Ya no son como los de antes- me espetó de Tarradellas el Capitán.
- Cierto. Su política exterior me parece que prescinde demasiado de los Estados Unidos. Tenga, fume.
- ¿Cómo dice? ¿Que usted y yo estamos unidos?
- Estamos de acuerdo- dije-. Thuram y Puyol de centrales y Ernesto-Sáez de Buruaga por delante. Tenga, fume.
- Y además de verdad. Oiga, ¿sabe usted qué pasa cuando una vaca se come un vidrio?
- ¿Me puede repetir la pregunta, por favor?- demandé.
- Sí. ¿Qué país es a la vez una risotada y una explosión?
- ¿Que la leche sale cortada?
- Exacto. Ja-Pon.- replicó el Capitán. Tenga, fume.
- No menos cierto que el cantante de Estopa estaría más atractivo sin perilla- re-repliqué yo-. Tenga, fume.
- Gracias. ¿Usted cree que el cantante de Estopa sería un buen volante de contención?
- Calle, calle, no me hable- contesté. Ninguna de las cuatro veces he conseguido ir de vientre. Ninguna. ¿Sabe usted si la aleta de tiburón restriñe?
- ¿Las blancas o las negras?- remató el Capitán.
Me empezaba a doler la cabeza y a la vez me moría de hambre. Convencí a Fórceps para que llamáramos al chino de la esquina y nos trajera unas pizzas.
- ¿Tiene a mano una pastilla para el dolor de cabeza, Capitán?
Tras declinar desamablemente las pastillas de colores que me ofreció, sonó el timbre de la puerta principal. Al rato, el aparca-coches chipriota ilegal hizo entrada en la Sala del Trono-Habitación de Planchar con la comida que nos había traído el chino.
- ¿No nos habrás birlado nada de comida, eh, bellaco?- inquirió el Capitán dirigiéndose al aparca-coches chipriota ilegal-. Ya sabes que si chipriota ser malo, volver a su país, ¿eh?
Tras romper un fémur al aparca-coches chipriota ilegal (por si acaso), Fórceps me instó a acompañarle hacia la cocina. Decía que la porno-chacha de ahí estaba más buena que la del comedor y que podríamos cenar y hablar más tranquilos.
- Haga a un lado al gato muerto y siéntese, Subcommander. Y alcánceme el tenedor del tercer estante del microondas, por favor: debo contarle algo muy importante.
- ¿Salanova ha perdido la virginidad?
- De mi vida privada prefiero no hablar- respondió el Capitán con gesto melancólico-. En realidad, no le he hecho venir para que me entregue un post. Para eso ya tengo a Ana Rosa Quintana. Quería decirle que…
- ¿Tiene zarzaparrilla?
- Ciertamente. Pero antes deberá resolver el siguiente acertijo: Un pato y un niño nacen el mismo día. Al cabo de un año, ¿cuál es el mayor de los dos?
- Oiga, déjese de mariconadas y tráigame zarzaparrilla, coño- exigí.
- Perdón. El camarero nos lo traerá. ¡Rummy, zarzaparrilla!
- ¿Tiene a Rummy trabajando de camarero en su casa?
- Sí. Es su manera de compensarme por llevarle los números de la motoporra. ¿De qué estábamos hablando?
- Del ciclo sexual de la mantis religiosa: liturgia de la cópula - respondí tras servir dos copas de zarzaparrilla con Martini.
- Ah sí, perdone- dijo él. ¿Sabe usted que la mantis le come la cabeza al macho después de copular?
- ¿De verdad? Qué curioso. A mí mi señora me lo hace al revés.
- Oiga, ¿está usted seguro de que estábamos hablando de esto?- preguntó intrigado el Capitán.
- ¿Puedo pedir otra botella de Smirnoff? - respondí tras servir dos copas de zarzaparrilla con Larios.
- ¡Eso es!- dijo Fórceps- ¡ahora caigo! Tenía algo muy importante que contarle.
- Tú dirás- dije.
- Hombre, qué quiere que le diga, a mí me gustaba más El Café Baviera.
- Oiga, ¿va a decirme por qué me ha hecho llamar?- pregunté mientras descorchaba la tercera botella de Ballantine’s.
- Mejor lo hablamos en otro lado. Acompáñeme. ¡Camarero! ¡La cuenta!
- ¿Va a pagarle la cena a Rummy?- pregunté tras servir dos copas de zarzaparrilla con JB.
- Sí. Es mi manera de compensarle por hacerme de camarero. Venga, ¡en marcha!
Me metí discretamente en el bolsillo el euro con veinte que Fórceps había dejado de propina y le seguí hasta el garaje del ala este. El Capitán me instó a subir al Saxo Fucsia de la esquina superior izquierda.
- Brrooom, Brrrroooooommmm- rugió el Saxo.
- Mierda, no arranca- acertó a balbucear Fórceps.
- ¿Salimos y volvemos a entrar?- inquirí.
- ¿Cómo? ¿Usted cree que este Renault funciona con Windows XP?
Nuestros conocimientos sobre mecánica eran parecidos a los de Santi Ezquerro sobre movimientos de desmarque en ataque, así que tuvimos que desistir del Saxo y emprendimos nuestro viaje hacia no sé dónde con un Mercedes CLK Sportcoupé robado.
- Subcomandante lelo,- me increpó el Capitán- al cabo de un año el pato será mayor que el niño, porque tendrá un año y pico. ¿Lo coge?
PD: Encontraran el origen de todo este tinglado en el post que abre el blog (Introducción, intro para los amigos).

Episode I, by Subcomandante

Prólogo, por Joan Gaspart i Solbes

Como muchos de ustedes sabrán, es costumbre mía y del Subcomandante pasar la noche del primer miércoles de cada mes en una tienda de campaña a la orilla del Llobregat. El último jueves que lo hicimos me comentó que tenía pensado mandar un post al Capitán Fórceps. Que quería hacerle algo así como un homenaje, mediante un escrito basado (copiado) en su estilo. Y que pensó en mí para prologar el post.
Espero (esperamos) que sea de su agrado. Y aprovecho (aprovechamos) para dar las gracias al Capitán por su acogida y hospitalidad.
Hasta siempre,
Joan Gaspart i Solbes.


El señor de los anillos IV: El palacete Fórceps


Un escalofrío recorrió mi musculado cuerpo y me erizó todo el vello público cuando recibí la invitación del Capitán Fórceps.Una invitación (me pongo de pie) para pasar el día en su Palacete y hacerle entrega personalmente de un post mío.





Alguna que otra vez ya había ido para entregar alguna que otra viñeta de Pollaman, pero el mayordomo-chimpancé nunca me dejó pasar más allá del Hall. Por aquellos tiempos, el naturismo aún estaba mal visto en can Fórceps.
Pero ahora era diferente. Tenía en mi mano el sobre con la invitación, auténtica a todas luces, con el sello de la Casa Real y un imán para la nevera de regalo.
Durante varios meses estuve dándole vueltas a qué me iba a poner para ese día. El chándal Adidas me parecía demasiado serio y formal, y además no combinaba con mis chancletas de esparto. Por otro lado, mi camisa a lo “Miami Vice” podía levantar sospechas infundadas sobre mis desviaciones zoofílicas.
Finalmente, llegó el gran día, y también yo llegué puntual a la cita. El cuentarrevoluciones de mi coche marcaba las 03:27 AM. No me parecía una hora del todo normal para ser citado, pero en fin.
Enfundado en mi kimono de geisha y debidamente maquillado, silbé para que viniera a mi encuentro el aparca-coches. Salió de detrás de unos setos un afroamericano zumbón de unos once años, con el semblante algo nervioso y abrochándose el cinturón. Un preservativo azul sandía colgaba de su oreja. Me pareció ver a alguien desde detrás de un seto esbozando una sonrisa. Por lo bien torneado de sus piernas desnudas y depiladas, juraría que se trataba de Eldeu.





Tras advertir al negrito zumbón de que no despertara a mi abuelo (que dormía plácidamente en mi maletero), toqué el claxon de la puerta principal. No me abrió el mayordomo-chimpancé, si no un señor rubio con un par de cuernos y dos modelos esculturales colgadas de cada escroto. ¿Ant?
El Palacete era como me había imaginado en mis sueños más húmedos.
Cabezas de gato disecadas empaladas en palos de golf adornaban los muros del pasillo, donde cortinas hechas a base de camisetas Meyba del Barça de Cruyff impedían una correcta iluminación de la estancia, así que apenas pude ver a una gentil damisela hablando de las excelencias de los tríceps de un tal Thuram.
Tras dejar atrás el museo Josep Lluis Núñez y esquivar a varios energúmenos borrachos y puteros comandados por Oscarini (que al parecer seguían celebrando la despedida de soltero del Capitán), un fuerte fetor alcohólico y una gran algarabía me advirtieron de que acababa de hacer entrada en el comedor.

Todos los presentes discutían (borrachos) sobre bullying, botones rojos, capullos de Jerez, macro-conspiraciones económicas, tsunamis, tetas y culos y fútbol. Yo no entendía nada. Y nadie parecía ponerse de acuerdo con nadie. Richi, Rai y Rummy (en adelante RRR) discutían acaloradamente sobre estatutos y multiplicadores, entre ábacos, peluches y Ballantine’s. Jordi se iba cambiando compulsivamente de vestido (avatar), mientras que alguien hacía cola al lado de una lámpara (¿sr Parado?).El resto, a su vez, seguía ingiriendo substancias psicotrópicas y haciendo alineaciones del Barça a un ritmo ensatanado.
Hábilmente conseguí mangar tres tenedores de la cubertería de plata y proseguí mi camino en busca del Gurú. Un agente gay de la policía montada tuvo a bien indicarme dónde se encontraba el Capitán Fórceps: en la sala del Trono, también conocida por la señora de la limpieza como Habitación de Planchar.

Toc, toc. ¿Se puede?No me lo podía creer. Bajo un espeso manto de humo de marihuana apareció Él.





La tercera persona más importante del planeta Tierra, justo detrás de Koeman y Juliano Haus Belletti: Capitán Fórceps. Empezó a recitarme una cantinela incomprensible que decía algo así como:
-The time is near, the day has dawned, be prepared for what’s to come; He’s the man, Armageddon, walking through fire: Capitán Fórceps. He’s the one, the Father, the Son, creator, destroyer: Capitán Fórceps.
Tras quitarse un calcetín sudado de la boca y estamparme un par de sonoros besos (menos mal que lo hizo en ese orden) se dirigió a mí:
- Y bien, Subcommander, ¿me ha traído el post?
- ¡Coño! ¡El post!!



domingo, octubre 15, 2006

Intro

En los albores del siglo dieciocho el prestigioso gabinete de psicólogos Ramírez e ijos, formado por una unidad de élite de psicoanalistas en prácticas, investigó durante décadas las costumbres, comportamiento sexual, pensamientos y razonamientos de los que pululamos por estas blogosferas de Dios. La facción Banyeres (la nuestra) fue tomada como muestra.



En su día elaboraron un informe por el que recibieron numerosísimas ofertas para ser llevado al cine. Sin embargo, Ramírez e ijos imponía siempre como condición que Elsa Pataky y Scarlett Johanson protagonizaran el filme, y que ambas debían aparecer en, como mínimo, tres escenas de sexo lésbico explícito.

La marranota de Scarlett jamás puso impedimento alguno, pero a Elsa nunca le hizo gracia que Scarlett tuviera más tetamen que ella, motivo por el cual solía dar largas a las propuestas de las grandes productoras.
Irremediablemente, el proyecto cayó en el olvido.



Ahora, treinta y dos años después, el Capitán Fórceps y un servidor consideramos que ha pasado el tiempo suficiente como para que aún pueda venir alguien a dar por culo con derechos de autor.
No tenemos acceso al informe, pero tenemos los suficientes datos como para poder elaborar nosotros mismos un buen guión cinematográfico (o novela) del mismo. Luego ya veremos como rodamos la peli.


Así pues, señoras y señores, hoy, 29 de mayo de 2006, ve la luz un proyecto desarrollado durante décadas en las más eminentes facultades de hipermetropía y letras.

El Capitán y el menda plasmaremos, alternativamente, todas las aventuras y desventuras de un grupo de gente que, en su mayoría, no nos conocemos de nada, pero que solemos pasar junt@s gran parte del día (ojito no se enteren los jefes...).
¿Un capítulo a la semana les va bien?

Aceptaremos propuestas, consejos y sobornos, de la misma manera que les emplazamos (obligamos) a que, ordenadamente, todos y cada uno de ustedes vayan aportando capítulos con nuevos protagonistas, puntos de vista y, a poder ser, desnudos integrales femeninos.

A los recién llegados, les sugerimos que se pongan al día de todo lo acontecido en cuántos links vean en esta página. El del sponsor porno también.

Gracias por acompañarnos. ¿Estamos todos?
Here we go...