La botigueta de l'Alex

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Que Grande es el Cine, by Elnan

Palaceteños

Sara Carbonero, Musa Oficial

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lunes, octubre 30, 2006

Episode IIIII, by Eldeu

Trece minutos después, llegaron. -Llegáis tarde, Jordi. El Capitán ha comenzado a ponerse nervioso... Ya no le quedan uñas de los pies -Has cumplido con lo ordenado? Veamos el parrús, gamarús-ordenó Jordi-No está mal, aunque te has dejado unos mechones de pelos.

Tendremos que arreglarlo. Rai, trae las pinzas.
-Capitán. El Señor Raimon, el señor Jordi y el Mariscal Tro han venido a verle-anunció Rummi, sudando más que las axilas de Camacho. Rai había hecho un gran trabajo con su parrús. -Ah! Por fin. Imagino que ya os han puesto al día. Tenemos problemas, graves. Y no sólo hablo del pivote defensivo, que también-Nunca antes habían visto a Fórceps tan nervioso. Bueno, si, dos veces. Pero Koeman y Belleti lo arreglaron... Esta vez no contarían con ningún tipo de ayuda externa.
ANT
Se despertó, como de costumbre, más cansado que cuando se metía en la cama. Lógico, por otra parte. Las 5 rubias, 7 morenas y 0 pelirrojas, amén de los 2 travestís, le daban a Ant una caña que nuestro Michael Knight particular agradecía y necesitaba. Con la taza de café en una mano y sus revistas porno en la otra, encendió el ordenador con la punta de la... "Tienes un e-mail", rezaba la ventana que se abrió nada más reiniciar el ordenador 356 veces. -Puto Windows- pensó, mientras leía detenidamente el mail a la vez que intentaba, sin éxito, separar las páginas pegadas de las revistas.-No le vuelvo a dejar las revistas a Salanova ni de coña. "El Capitán necesita de tus servicios con urgencia. Situación grave. Ven enseguida..." El mail era claro y conciso. "Ya estamos otra vez liados, el puto pivote defensivo" pensó Ant mientras seguía leyendo. "No se trata del pivote defensivo, que también..." Era un tema serio, sin duda. Se vistió rápido, desvistió, le echo un polvete a cada una de las habitantes de su cama, y salió por la puerta a toda leche. Tuvo que volver atrás, claro, ir a ver al Capitán desnudo, pese que se habían visto de esa manera cienes y cienes de veces, no era de recibo en esta situación. No sin dificultades, acabó por elegir el mejor de los coches para la misión a la que se iba a enfrentar. El Twingo verde pistacho nunca le había fallado. Mientras salía por la puerta del garaje, "KITT" se cagaba en todos sus muertos
PE
Por fin llegaba su momento. Los 20 años de azafata en el palacete no fueron en vano. Había aguantado los desplantes del Capitán y las idas y corridas de todos los habitantes del palacete. Y eso que es más grande que Andorra. 20 años dan para mucho. Además, en sus días libres regentaba la lampistería, lo que le permitió hacerse con la instalación de la iluminación del palacio, no sin antes tener que pagar un par de favorcitos al Capitán y amigotes. En todas y cada una de las lámparas de palacio había colocado micrófonos y webcams. Conocía todos los movimientos del hombre al que tanto odiaba. Había llegado la hora de la venganza. Se embutió en el traje rollo "Catwoman" hecho a medida (aunque 20 años atrás) y, para sorpresa de todos los espectadores, aún le cabía. A ella no le sorprendió, empero. Durante los 20 años fue consciente de que, llegado el momento, debería estar en forma. La manera en que se mantuvo en forma, sin embargo, no viene al caso. Notó una vibración y enseguida supo de qué y quien se trataba. Es más, lo estaba esperando. Normalmente no cogía la llamada hasta que la vibración la dejaba totalmente satisfecha, pero esta no era una llamada normal. Al tercer orgasmo sacó el móvil y se lo puso en el ombligo. -Ha llegado el momento, ¿lista?- la voz de Aaron sonó distante, a unos 600 kms, más o menos.
SUB
Sólo había ido a entregar un post al Capitán, que se había olvidado, y ahora se veía metido en un lío de órdago. Lo que iba a ser un viaje a las profundidades del placer había derivado en un problema de tres tríos de cojones. No le dejaban salir del palacete. El "hacerse una pajillas", pese a que habían sido "sin mariconeo", con Fórceps, le otorgaba información privilegiada que los enemigos del Gran Capitán podrían utilizar en su contra. Así que la única opción era sumarlo a la causa. Le dieron un tirachinas, una escoba, zapatos de tacón, un chal monísimo y un casco con una inscripción que, tanto compañeros como contrincantes, iban a olvidar en tres segundos. "Nasio pa matá"
"Este no dura ni un segundo" pensaron al unísono el Capitán, Jordi, Raimon y el Mariscal Tro. -A partir de este momento, hijo, pasas a llamarte Subcomandante-espetó de Can Tarradellas, para no perder la costumbre de espetar de Can Tarradellas de vez en cuando, el Capitán. -Pese a ello, no te crezcas, eres el último mono.
OSCARINI
Su relación con el Capitán se deterioró mucho después de la incursión de Fórceps en el mundo de la pintura. Pese a que le había dibujado desnudo en muchísimas ocasiones, Oscarini siempre exigió su vuelta a la escritura. Después de darle alguna paliza, romperle el mentón y luxarle el coxis, limaron diferencias. La relación, sin embargo, nunca fue la misma. Aún así, se profesaban un mutuo respeto, como demuestran las orgías desenfrenadas que montaban de vez en cuando. Por todo ello, no recibió con alegría su siguiente misión. Además, el hombre quien se la encargaba no era, precisamente, su mejor amigo. El encargo era bien claro, pisotear la cabeza de su, no hace tanto, gran amigo. Pero ese era su trabajo, esa era su vida. Además, cuando recibía un encargo de esa estirpe, una fuerza inhumana, mística, le incontrolaba hasta que había cumplido su objetivo. "El espíritu de Juanito" lo autodenominaba. Estaba claro que Aaron Z sabía qué teclas tocar.
Y no eran teclas lo único que tocaba Aaron. A 600 kms de la estancia del Capitán y su grupo, escondido en las caballerizas del palacete, Z seguía esperando con la Uzi en las manos... Y entre llamada a Penélope y llamada a Oscarini, Aaron se tocaba imaginando el final de su enemigo y con él, el final de Matrix