Kim venia a pasar unos deliciosos dias a nuestra sacrosanta ciudad. A través de esta casa palacetenya quedamos los que pudimos y lo cierto es que la cosa no estuvo mal para ser una bonita reunión de coleguis virtuales. Habiamos quedado sobre las 7.30 en el Born los siguientes ínclitos: Kim (el prota), Pe, Kek y Morgana y moi même.
Quien les escribe llegó al lugar con su flamante percherón verde. Aparqué donde pude o donde supe. Acto seguido comencé a deambular por la zona preguntando donde estaba el barrio de las pasaplastas y la gente, guiris incluidos, me miraban con una cara sospechosa. Igual pensaban que habia perdido la verticalidad. Por fortuna y casco en mano me encontré a Morgana, no tan perdidilla como yo y poco después de devaneos varios por las gafaplastas vimos como de lejos llegaba Penélope con su habitual gracejo, garbo, pundonor y movilidad sostenible pero crónica. Abrazos varios y tal y cual, nos pillamos una mesita libre en una terraza que por cierto, aún desconozco porqué les llaman terrazas...
Empezamos a pedir birras, cocacolas etc. cuando llegaba Kim the Romanian por la espalda con premeditación pero sin alevosia. Apa, tots de nou que si abraçades que si petons. Pues nada, que el bueno de Fernandito Alonso pilló su silla y ya eramos cuatro. Faltaba alguien, ¿quien? la dama de negro comonopodiaserdeotromodo, donya Galeta de palasete. Fue recibida a gritos de tardona tardona uuuh, bastante abucheada pero tampoco demasiado. También se pilló su respectiva birra. Tots cinc, tal como en una vulgar ouija.... en torno la mesita del bareto de marras...
Quien les escribe llegó al lugar con su flamante percherón verde. Aparqué donde pude o donde supe. Acto seguido comencé a deambular por la zona preguntando donde estaba el barrio de las pasaplastas y la gente, guiris incluidos, me miraban con una cara sospechosa. Igual pensaban que habia perdido la verticalidad. Por fortuna y casco en mano me encontré a Morgana, no tan perdidilla como yo y poco después de devaneos varios por las gafaplastas vimos como de lejos llegaba Penélope con su habitual gracejo, garbo, pundonor y movilidad sostenible pero crónica. Abrazos varios y tal y cual, nos pillamos una mesita libre en una terraza que por cierto, aún desconozco porqué les llaman terrazas...
Empezamos a pedir birras, cocacolas etc. cuando llegaba Kim the Romanian por la espalda con premeditación pero sin alevosia. Apa, tots de nou que si abraçades que si petons. Pues nada, que el bueno de Fernandito Alonso pilló su silla y ya eramos cuatro. Faltaba alguien, ¿quien? la dama de negro comonopodiaserdeotromodo, donya Galeta de palasete. Fue recibida a gritos de tardona tardona uuuh, bastante abucheada pero tampoco demasiado. También se pilló su respectiva birra. Tots cinc, tal como en una vulgar ouija.... en torno la mesita del bareto de marras...
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