La botigueta de l'Alex

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Que Grande es el Cine, by Elnan

Palaceteños

Sara Carbonero, Musa Oficial

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viernes, febrero 23, 2007

Falsete XI, by Rai

El pintor y su obra.

Como cada 23 de febrero, analizamos un cuadro de un pintor famoso. Hoy toca referirse a la archiconocida en su casa a las horas de comer Penélope Van Eyck, y concretamente a su cuadro ‘Te he hecho estos canelones porque te quiero mucho. Joder, pues no me quieras tanto!’, pintado en el año 2331.



Si bien los primeros años de Penélope Van Eyck estuvieron presididos por un estilo realista, pronto sus obras se tiñeron de un carácter abiertamente romántico, con temas pictóricos que retorcían las conciencias del espectador por su fuerte carga subjetiva y sentimiental. Este cambio es consecuencia de una nueva sensibilidad y una revolucionaria forma de ver la sociedad palaceteña que se traduce en nuevas formas expresivas.

Asimismo, destaca una exaltación épica de las grandes victorias de la mujer en la sociedad de Palacete (ya que de las derrotas Penélope ni se enteraba). Como consecuencia, surge el mito de la mujer ‘mestressa de casa’ que está hasta los ovarios de cocinar para su marido y decide prepararle platos que se asemejan a un ataque bacteriológico y que sólo despiertan un enorme asco.

Los artistas de esta época se encandilan con la posibilidad de representar lo subjetivo, como en este caso lo es la exaltación de la mujer harta de representar un papel pasivo. Este lienzo es una buena muestra de un momento de la vida de Pe especialmente creativo a la par que tormentoso. En él, nos muestra no sólo su inconformismo con lo cotidiano, su carácter melancólico, y su enquistamiento en el hastío más insoportable, sino sobre todo una crueldad muy fuera de lo común y una técnica con el pincel que roza el tenebrismo.

Cuando Penélope pinta esos canelones, lo que está haciendo es cagarse en el macho palaceteño típico, en este caso encarnado por su marido Sub, un tipo simple y noble pero primario en exceso, amante de la cerveza caliente, el vino barato, y el sexo totalmente desprovisto de sentimiento. Así, esa bandeja de heces representa el papel insignificante de la fuerza bruta del hombre (canelones) frente al poder de la mujer (razón), que los mete en el horno convirtiéndolos en algo horripilante.

Obviamnte esta obra supuso un escándalo para la crítica más tradicionalista, y Penélope Van Eyck pagó su atrevimiento pasando 57 años en la cárcel de alta seguridad de Palacete. Allí, no obstante, le permitieron pintar los estucados y venecianos de las celdas; eso sí, manteniéndola bien alejada de los fogones.