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Palaceteños

Sara Carbonero, Musa Oficial

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jueves, junio 26, 2008

Carta a los Palaceteños



Amados palaceteños,

Entre culopost y culopost, hoy me permito distraeros unos minutos de vuestros muchos quehaceres para haceros llegar alguna reflexión sobre la figura de Rai, ese Hombre, con motivo de su próximo aniversario.

En el año 1970 Los Diablos lanzaron “Un Rayo de Sol” (ohohoh), murieron Bertrand Russell y Hendrix, Guruceta Muro perpetró el horrendo crimen del Camp Nou y nuestra Legión causó un estropicio entre los saharauis, en El Aaiún. Pero como no todo iba a ser malo, Deep Purple se sacó de la manga su enérgico “In Rock”, nacieron Rai y Claudia Schiffer, Brasil hizo todavía más grande al fútbol encandilando a toda alma sensible en el Mundial de Fútbol en Méjico y la cosecha de vino en La Rioja fue calificada de excelente por la D.O., como bien atestiguaron luego los cutre-calendarios de carterita que media España ha llevado encima durante años.

Cuando Rai nació, no se sabe si el 28 o el 29 de Junio, y aparte de la tremebunda y ya tradicional polémica sobre el parecido del bebé, si con el papa o con la mama, alguien de la familia, original y con buen tino, sentenció: aquest nen fa cara de espavilat i arribará lluny. A día de hoy los historiadores no se han puesto totalmente de acuerdo, pero si han llegado a un mínimo consenso sobre dos cosas: el adivino no era el Mago Félix, y Rai nos ha salido espavilat y bueno como un buen Rioja del 70. En cuanto a lo de llegar lejos (dónde queda lejos?), sigue siendo tan joven que tiene tiempo para acortar distancias. Otra cosa es que Rai no tenga un desmesurado interés en ello, lo que dicho sea de paso le mantendría más cerca de Palacete.

Y a golpe de teta, Nativa y Celac, aquel nene con cara de espavilat fue creciendo y engordando. Cierto día un profe le miró malamente y le dijo: ahora que me fijo bien, te veo más “sólido” que tu hermano. Un Rai en bata se lo tomó por la tremenda y aquel día grabó a fuego en su cerebro aquel tremendo también “Rai perdona, pero no olvida”, con el que ahora advierte y se divierte. Dibujaba por aquel entonces en su cerebro el tiempo y los números, para luego, ya más tarde y para no perder el hábito de pensar, dibujar su particular blogosferio y las notas de cereza de un Remirez de Ganuza, preguntarse por el color de la felicidad y de los quesos nauseabundos o especular soñadoramente desde el sofá, con su Raimoneta siempre cerca, sobre el olor de las nubes y de un 0-5 en el Bernabéu.

Reflexivo, ahora es capaz de deslizar con inusual sencillez y galanura, entre el griterío de un blog futbolero plagado de cuchillos volando, discusiones metafísicas sobre estilos irrenunciables y angustiosas apelaciones a que la Palenzuela enseñe sus tetorras, que “Diogo es cruel y busca la lesión tendinosa”; didáctico, en un blog para élites amantes de la introspección, el desmadre y las mamadas se atreve a explicar los beneficios y ventajas de consumir patatas por su contenido en diazepam, como alternativa natural al Valium; analítico, deleita a los gentiles con la más afinada de las descripciones de la Barçafilia y sus gradaciones, en una quirúrgica, brillante y desternillante disección, dedicando además algún minuto de eficaz gogleo para encontrar en el Al Ahly al equipo de fútbol que mejor ejemplifique la paranoia del grado 6; solidario, no pierde ripio para animar al blogero que ha comentado alguna concreta circunstancia particular adversa o al que ha dejado alguna traza de tristeza entre líneas.
Un concienzudo que no sabe –y tiene cojones- ni el día en que nació.

Enfermizamente empático, se conoce bien, y por ello busca en ocasiones –aunque no siempre con demasiado éxito- la protectora distancia del proceloso exterior. Es entonces cuando, por ejemplo, con la muleta baja y mirando a los ojos suspende a divinis o simplemente de empleo y sueldo al lucero del alba o concluye para escándalo de birrófilos y bienpensantes que la cerveza es bebida de caballos y el maíz en grano menú de corral. Toca pues siempre los cojones con delicadeza y cariño, sin ninguna acritud y guiñando el ojo, excepto en contadas ocasiones, cuando por ejemplo le tocan el matrix o le atizan con el liberaculizador. Entonces, y solo entonces, dispara argumentos y cañonea sentido común, desde el respeto y exigiendo respeto y, por encima de todo, rigor.

Rai también se exige, pero enemigo como es de la autoflagelación que no lleva a ningún sitio, de cuando en cuando se auto-premia con algún artefacto –de lo que sea- última generación, se regala tiempo para jugar a la penúltima chorrada ante el monitor o ver compulsivamente alguna serie de televisión concebida para frikis ilustrados, se pasea por el paradisíaco colmado Murria para bucear entre quesos y vinos, toma el sol entre verdes campos mientras juega a que juega al golf, y programa cuidadosamente y con la excitación del explorador sus idas y venidas por el planeta, anotando al margen del viejo mapa con flechitas los restaurantes que le parecen de interés. Hace bien, coño.

Pero queridos palaceteños, a pesar de todo, y de los años transcurridos, Rai sigue siendo el niño al que aquel profe mirase aviesamente un día. Efectivamente sólido, sí, solo que intelectual y humanamente, y calzado con un sano relativismo que le hace sabio y cercano. Es una suerte tenerlo con nosotros y de nuestro lado. Cuidémoslo.
No sé, yo lo imagino siempre con bata.

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Rai: ¡Feliç Aniversari!
Bon 28 y 29, i portat bé, nen, amic, Homenot.

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