La botigueta de l'Alex

La botigueta de l'Alex
Free Macadamia!

Dept. de Comunicación

Que Grande es el Cine, by Elnan

Palaceteños

Sara Carbonero, Musa Oficial

Sara Carbonero, Musa Oficial

lunes, marzo 31, 2008

El Mochuelo, by Corser

Andaba Rai preocupado, dando vueltas en círculo en la habitación como un animal enjaulado, fumando compulsivamente y mirando el reloj cada 20 segundos; experimentando una desagradable sensación de eternización del tiempo y balbuceando insultos por doquier. Kim le había prometido que le entregaría aquello puntualmente y se estaba impacientando. Fijó su mirada en unos cd’s que había sobre la mesa, rotulados en permanente rojo y unas fotografías que sobresalían de un sobre de color crema. En un ataque de ira, gritó sonoramente y las golpeó violentamente, esparciéndolas por el suelo. Acto seguido se sentó en una silla y se echó las manos a la cabeza, desesperado, intentando calmarse un poco. En ese instante, alguien golpeó la puerta.

-Rai, estás ahí?, dijo una voz.

Rai se levantó como un rayo de la silla y abrió la puerta enérgicamente con la cara desencajada, provocando que Kim, que estaba al otro lado de la misma, se asustara y diera un paso atrás.

-Traes eso?, gritó Rai con los ojos salidos de sus órbitas.

-Ss..si, respondió Kim con voz trémula.

-Te dije que lo quería antes de las 15:00, pedazo de inútil!!!! Porque cojones has tardado tanto? Tanto os cuesta hacer las cosas un poco bien?? Joder!!!!!

El rumano se quedó paralizado sin saber qué hacer ni qué decir. Estaba fuera de sí.

Rai, en pleno ataque de úlcera

-Trae!!!!!, chilló, arrebatándole de manera brusca el paquete que llevaba bajo el brazo. Se dio la vuelta y pegó un portazo, cerrándole la puerta en las narices.

Puso la caja sobre la mesa y la abrió ansiosamente, rompiendo la tapa de cartón. Dentro habían 4 cintas de vídeo, tal y como había pedido. Eran las cintas que correspondían a las cámaras de seguridad de Palacete. Encendió el video, introdujo la primera de las cintas y se sentó a visionarla.

De mientras, Kim volvía sobre sus pasos, alucinado con lo que acababa de ocurrir. Nunca le había tratado así. Bueno, solo en una ocasión en que se negó a ponerse mantequilla en el ojaldre cuando a Rai le dio por fantasear el día que vieron juntos “Último tango en París” y quería llevar a cabo la famosa escena. Su negativa le encolerizó tanto, que le golpeó con una barra de metal, rompiéndole dos costillas. Pero él era así, cariñoso y dulce unas veces, pero violento y pendenciero en otras. Quizás aquella mezcla era la clave de porqué le amaba.

Dobló una esquina y se topó con Alex, que estaba hablando por el móvil.

-Se sabe algo?

-Poca cosa. Creen que ha sido alguien de aquí dentro.

-Joder, esto es una locura. Oye, tu que tal andas de lo tuyo? Haces mejor cara.

-Si, bueno aun tengo algún tembleque, pero estoy mucho mejor.

Alex había sufrido hacia unos escasos días un ataque de esquizofrenia. Unas semanas atrás había recibido su Mac Leopard y, después de tirarse 194 horas seguidas trasteando con él y loando sus supuestas excelencias, se le había ido la cabeza. Había robado el traje de felina que Lula usaba cuando la visitaba el Dr.J y se había pasado tres días en los bosques de los aledaños de palacete, creyéndose que era uno de ellos. El chico era propenso a esos brotes sicóticos, con lo que había que andar con cuidado con él. Tanto te lo podías encontrar trepando los muros creyéndose que era Spiderman, como empuñando un cuchillo emulando a Jason Vorgees de Viernes 13 o se podía presentar en una importante reunión con sus calzoncillos Ferrys por fuera del pantalón y enrollado en la cortina del salón. Pero los palaceteños estaban ya acostumbrados y sabían como actuar.

El señorito Ales, instantes después de abandonar la clínica

-Veremos como termina todo esto, Rai está realmente afectado. Quien haya sido, parece que no conoce su pésimo carácter, dijo

-Ya te digo. Por cierto estaba pensando…. Contestó Alex, quedándose como ausente.

-Que?

-En matarte y comerme tu hígado, le contestó mirándole fijamente a los ojos.

Kim se quedó helado.

-Es broma, tonto. Voy a ver si localizo a Linmer, que le quiero comentar una cosa del Mac. Hasta luego.

Alex acarició a Kim, le dio un cariñoso beso en la mejilla y salió por la puerta del pasillo.

-Estos van a acabar conmigo hoy. No ven que soy un tío sensible y que a mi estas cosas me afectan? Aisssss, suspiró, en una clara actitud homo.

Morgana, Corser y Penélope, viendo que la cosa no avanzaba, decidieron ir a ver a Rai, para ver si habia visto alguna cosa en los vídeos de seguridad.

-A que puto descerebrado se le ocurre secuestrar a Filo y pedirle un rescate a Rai, con los rácano que es? Antes dejará que la degollen…

-Ay, no digas esas cosas, contestó Pe. Me ponen de los nervios.

-Corser tiene razón, menudo es Rai para soltar las perras. Aun recuerdo cuando, yendo por la calle, vimos a Moi pidiendo limosna, cuando aun era un mendigo y no le conocíamos. Le eché unas monedas y Rai, cabreadísimo, se agachó, cogió las monedas, me dijo que no quería que malgastáramos de aquella manera el dinero, y le dio una patada al pobre muchacho, recriminándole que era un vago, un inadaptado social y no se que más. Me dio tanta vergüenza, que le dije que se viniera a Palacete, que le daría un plato de comida caliente. El resto, ya lo conocéis.

Cuando Mo terminó su intervención, se empezaron a oir golpes, estruendos y objetos que se rompían provenientes del despacho de Rai. Los tres empezaron a correr hacia allí.

Al llegar, encontraron la sala hecha un desastre, todo esparcido por el suelo, la televisión y el video tirados, la mesa partida… y él de pie, con un palo de madera en las manos. Definitivamente había enloquecido.

El despacho de Rai, hecho unos zorros

-Pero que cojones ha pasado aquí?,

-No me lo puedo creer, no me lo puedo creer… repetía Rai mientras se frotaba la nuca.

-Pero que has hecho, Raimundo?

-Sub, no me lo puedo creer..joder, JODER!!!!!, gritó, tirando el palo contra la ventana.