Las demás chicas del comando tupperware, al recibir tan importante misiva de Kek, la enviaron directamente a la papelera de reciclaje no sin antes mandar una nueva queja al yajú. Hacía meses que cada vez que veían algo de ‘Kek’ en su ínbox lo marcaban como spam, pero el sistema parecía fallar y los nuevos mails de la faraona aparecían siempre en la ínbox. Era una auténtica pesadilla.
- No entiendo nada- espetó Vito.
- Espérate a conocer a toda la parroquia – gruñó Ô -. Aquí quien más quien menos todos hablamos el coreano.
Hacía calor. Sub acostumbraba a subir la temperatura del Palacete cuando quería que el ambiente se crispara. Todo por la audiencia.
- Rai, acompáñame al lavabo – le ordenó Sub.
- A tus órdenes, jefe.
El olor de los urinarios masculinos de Palacete era insoportable. Hacía semanas que Moi no pasaba la fregona y las chicas del Tupperware seguían en huelga. De fondo se oía a Corser, que se encontraba en las duchas cantando el ‘Hasiendo el amor’ de Dinio.
- A ver, Rai, me ha dicho Merceditas que hemos bajado dos puntos de audiencia esta semana. Por eso nos ha metido a Vito en Palacete. Parece que puede aportar mucho mal ambiente.
- Te entiendo. Debo provocarle?
- No, no será preciso. Parece que se enciende él solito. Eso sí, le dejarás una botella de whisky Dic cada hora en su mesita de noche. No debe faltarle el alcohol baixcapcunsepta.
- Como a ti, vamos.
- Luego está Morgana. Merceditas está enfadada con ella. Cada vez comenta menos y la audiencia masculina del pograma empieza a comentar en los foros…
- Crees que será la próxima ‘expulsada’? Debemos evitarlo cueste lo que cueste. Si echan a la bruja me la corto, Sub!
- Uhmmm. Le diremos a David que la apriete un poco. Volvamos.
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