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Sara Carbonero, Musa Oficial

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lunes, noviembre 13, 2006

Episode VIII, by Kim

Se masca la tragedia...
Z, descolgó el teléfono:

- Herr Z, no hay nieve en San Moritz, la cartofen esta en la ollen. Continuazionen con el plan?
- Prosiga tetón, perdón, teutón.

A Z le jodía tener que elegir al agente alemán para llevar a cabo su plan, pero si hubiera elegido al agente asturiano, Fórceps se hubiera percatado enseguida. Llevaba tanto tiempo preparando esta misión, que no podía fallar por míseros detalles.

De repente, en la embajada de Togo, la luz se fue y todo quedo a oscuras...

El séptimo sentido del capitán se activo. Ese era el momento. Su escapatoria. Su única oportunidad para disfrutar de la libertad... Se encendió k cigarros a la vez, y esperó. Por fin podía fumar a gusto... Sin que nadie le invitase a salir a la terraza… Y eso fue lo último que hizo, ya que de repente, notó un fuerte golpe de cimbrel en el cogote que le hizo perder el conocimiento...



El Capitán, justo antes de caer inconsciente (nótese la presencia de Oscarini a su derecha)

Entretanto en la sala de control...

Raimon seguía intranquilo. Hacia días que tenía un presentimiento. Pero no sabía si era el pivote defensivo, el montillismo o una fístula que tenia desde pequeño. Lo que estaba claro es que algo no iba bien.

- Jordi. Aquí hay algo que no me cuadra.
- Cierto. El quinto episodio de la tercera temporada de LOST, no aporta nada y ya me estoy cansando – dijo Jordi, sin apartar la vista de sus mil pantallas.
- No “friki”, es el Capitán. Temo por su integridad.
- Tranquilo, el jefe es un tío exponencial – sentenció Ant, mientras se aplicaba el ultimo tinte Loreal en los bajos (le encantaba el efecto sorpresa que provocaba el contraste entre su rubia cabellera y su tuneado y oscuro parrus).
- Jodeeeeeeer, que no lo veis??? Al Capitán le han tendido una trampa. En el GPS aparece Penélope, Mariscal (el diseñador), vosotros, Filomena, pero la luz del Capitán ya no brilla. Ni cuando va al Bailen 22 la desconecta!!!
- Se fue a por tabaco y le dieron por el saco... – musitó Penélope, entre risas maquiavélicas...
- Tenemos que ir a por él – ordenó Jordi. Tú, Penélope, avisa a la Sra. De Fórceps y dile que la reunión se ha alargado, que no vendrá a cenar y que no lo espere despierta. No quiero que se enfade que sino le recortara una libertad más cuando todo esto termine.
- Y si no se lo traga?
- Pues empuja, mujer !!!
- Tu Mariscal Tro, avisa a los otros. Los quiero a todos dentro del vehículo en menos de lo que tarda Marujita Díaz en gastar un pintalabios.

Y al cabo de cinco minutos, el equipo al completo ya estaba montado en el vehículo de las grandes ocasiones. Conducido por Salanova, pues era menor y no podía beber, era un minibús de la “ultima farra”, ideal para pasar desapercibidos. Towers decidido esta vez a controlar él, el “tocata”, puso el “Umplugged” de Nirvana. Todo sea para animar la fiesta – pensó...
Detrás Penélope ya se había puesto la típica gorra de despedida de soltera con el cimbrel en la cabeza, y la lucia con orgullo (gay, of course) mientras que Ant le contaba a Rummy la mejor manera de tintarse y tunearse el parrus, que de eso, él sabia mucho.


Tras perderse cinco veces, atropellar a Catarina Mieras y Montserrat Tura que paseaban juntas de la mano (suerte que Oscarini no iba en el coche, no hubiera soportado esta escena necrogerontolesbica) y saltarse dos controles de Mossos de Cuadra, llegaron a su destino.

Al entrar en la embajada de Togo, en la cual ya estaba Joan Saura haciendo una fiesta para celebrar su nuevo cargo de Conseller de Interiores, se encontraron esta nota:

Se quedaron de piedra.

- En el IMPERATOR, que crueldad, pensó Raimon. Hacia años que no ponía los pies por allí, pero solo de recordar el personal que solía ir, se le ponían los huevos cual erizos de mar.
- Y que me voy a poner??? En un día no tengo tiempo de comprarme nada!!! - espetó Penélope, mientras volvía a repasar el calendario (no porque no supiera la fecha, sino para volver a ver a ese bombero que la traía loca).
- Y hay que ir directamente, o tomamos una copa antes? – preguntó Towers.
- Podré entrar? – dijo Salanova.

El único que estaba contento era Rummy, por fin podría ir a su discoteca fetiche sin dar explicaciones!!! Cuantas noches de gloria recordaba. La de maduritas que había puesto en dirección a Cuenca... Hacia días, que no se pasaba por allí (a causa del inmenso trabajo que le conllevaba administrar una supuesta porra automovilística), pero ahora tenia una excusa, y no la iba a desaprovechar…

Y ese mismo instante, Z tomaba un avión para llegar a Barcelona, donde lo estaban esperando sus esbirros, Oscarini y Zapatero, con el Capitán amordazado y atado a una silla en un oscuro hangar… El plan seguía como estaba previsto, y pronto obtendría lo que andaba buscando hacía tanto tiempo…

Continuará...