Pejiguera clapto/músico/otoño/sentimental para todos aquellos palaceteños que todavía creen que siempre serán jóvenes.
Ahora, escribiendo esto último he recordado que poco después de muerto Franco, por TVE pasaron una breve entrevista a Paco de Lucia en la que, entre otras, le hacían la siguiente pregunta: “¿qué papel según usted juegan la mano izquierda y la derecha en el arte de tocar la guitarra?”, y él respondió con cara impasible: “Bueno, al menos para mí, la izquierda crea y construye mientras que la derecha simplemente ejecuta”. Acojonante. Se armó un cirio. Unos pocos días después los Guerrilleros de Cristo Rey le dieron de hostias en
Pues siguiendo con Clapton, ha evolucionado como persona y como músico, como cada quisque, porque poco o mucho todo el mundo evoluciona. El Clapton de los
Ahora Clapton lleva el cabello cortito, gafitas y viste casual, bebe pinot noir, come funghi y ha ganado kilos. Yo también. Pero él le pega al blues como nunca, canta vocalizando como un teacher, graba la madre de todos los unpluggeds y tiene los santos cojones de cerrar el concierto del Live On Tour 2001 con un standard tan azucarado y clasicón como el “Over the rainbow”, y se lo hace suyo. Musicalmente hace lo que le da la gana y sus conciertos están despojados de la pompa y la parafernalia de efectos especiales que -como la crema de leche hace unos años- suelen tapar carencias. Es Clapton.
Solo hay una cosa en lo que no ha cambiado y es en este aire suyo en el escenario que tanto me gusta de observador activo, cálido y educado pero discreto, y un poco displicente con todo lo que no sea hacer bien su trabajo y vigilar que los demás lo hagan también. En más de un concierto de esos en los que actúan al mismo tiempo figuras de distinto pelaje y relumbrón he visto momentos en los que el otro teatraliza y “se va” musicalmente, y es siempre él quien hace el esfuerzo por adaptarse al payasete y reconducir la situación. Es el jefe, sí, y un músico tan creativo como genial, pero cuando hace falta también hace de secretaria con moñete.
Y claro, sigue teniéndome a sus pies porque nos hemos ido haciendo mayores al mismo tiempo. Yo nací el mismo día en que el ejército soviético entró en el campo de Auschwitz (¡glubs!) y un par de meses después nació él. Un 27 de enero también nació Mozart, ojo al dato. Más fechas históricas: Agnés nació el 23-F, el bueno, el del 81, y Anna el día en que murió Brel. Todos los días del año son históricos o aniversarios de algo más o menos histórico.
Agitada vida la de Clapton. Nació de la relación entre una chavalita inglesa de 16 años y un soldado canadiense –faltaba todavía un mes para terminar
Y ahora, la serenidad y la mirada de merluzo miope que solo alcanzan a tener los ingleses nacidos humildes y que han sabido salir adelante, como Clapton y Michael Caine.
Me gustaría charlar con él de todo eso un día cenando funghi y foie, con un Viñas de Gain.
Aquí van dos videos, uno de Judy Garland y otro con el citado cierre del concierto de Clapton. Tienen en común la misma canción, el “Over the Rainbow” que ella hizo célebre en la peli “El Mago de Oz” (con un rainbow en blanco y negro, gallinitas y perrito), en el 39. Sesenta y dos años entre las dos maravillas.
Billy Preston, el negrito con gafas que hace volar los pájaros por los teclados, murió el año pasado. Vamos cayendo.
If happy little bluebirds fly beyond the rainbow, why then, oh why, can't I?
La vida puede ser dura para casi todos pero tenemos la suerte de que es cosa de solo cuatro otoños. Mientras podamos no demos cuartel a la vida y disfrutémoslos.
Haw-haw-haw.
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