La botigueta de l'Alex

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Dept. de Comunicación

Que Grande es el Cine, by Elnan

Palaceteños

Sara Carbonero, Musa Oficial

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lunes, agosto 27, 2007

Apasionante Crónica de la Primera y Excelsa Gran Quedada Palaceteña, by Fried Egg Keksi

Segunda parte

Lo habíamos dejado en que cuando llegamos las chicas al local (y Elnan, claro), el resto de PalacetenyÑos había desaparecido. Pero el misterio no era tal: ya habían entrado en el local.

Tuve el gran placer de preguntar por la reserva del Sr. Palacete y de ver cuán impertérrito quedaba el conserje o portero o cosa que estaba en la puerta (sí, de nuevo una puerta). Nos dirigimos al piso superior, y en una sala reservada y coquetona nos estaba esperando el resto de la tropa: primera imagen garratibadora, casi salimos por piernas, a ver quien se enfrenta primero a las fieras. Entramos con timidez, y con timidez nos recibieron, de modo que decidí por mi cuenta y riesgo iniciar un ice-breaker: volví a salir y volví a entrar en cuclillas. Y después iniciamos el paseíllo alrededor de la mesa, saludando y dándonos a conocer, repartiendo besitos besitos y abracitos abracitos. El Rumoroleg intentó liar al personal, pues por la tarde había anunciado que no se presentaría, y en la quedada dijo que era Joe Montana. Nos tuvo media noche dudando. A todos excepto a mí, que le pillé.

Os cuento/describo quién-es-quién, según estaban sentados en la mesa, empezando por mi izquierda:

Corser: La sonrisa socarrona pordebajolanariz.

Rummy: Observante. Se fijó tanto que luego nos sacó los parecidos a todos, aunque en mi caso falló de la forma más ridícula y estrepitosa.

Subcomandante: Es muy mono, a pesar de su sorprendente similitud con el Gallo Claudio.

Dr. J.: Gran calidad como contertulio, a fe mía. Lástima que estuviera al otro lado de la mesa, me perdí su conversación.

Hrubesch: Una de las sonrisas más cordiales de la mesa, un encanto.

Dr. BE: El mejor culo de la noche. Estaba en una de las cabeceras y desde su privilegiada posición, se lo pasó d'alló más bien.

Raimon: Come con los dedos y se limpia en el mantel.

Alfigem: Disfrutó como un pepe.

Alex: En persona parece casi humano. Casi.

El artista anteriormente conocido como Señó Cherinola, o bien un sustituto probablemente con algún tipo de relación genética: Sin palabras. pidió una Pepsi, pero no tenían.

Morgana, Penélope y Elnan ya os los he por menarisado en la primera parte. En la cabecera de la mesa estaba sentada yo.

Hubo unos momentos de revuelo en el momento de elegir plato: Rai pretendía que todos tomáramos proteínas, por lo que yo me decanté por una paella de verduras. Por algún motivo desconocido, Hrubesch solo quiso tomar puré de patatas, y ya sabéis que para Subcomm teníamos pedido un Happymeal. Luego hubo luchas encarnizadas por ver quién se quedaba con el muñequito de GIJoe. Se lo quedó Alex, que es el más freak.

También estuvimos bastante preocupados por si se nos había colado Joe Montana, y qué había hecho con el cadáver de Rummy. Pero al cabo quedo establecida su verdadera identidad. A nosotros no se nos puede engañar impunemente.

Y estando así, cenando en amigable compañía, se asoma a la puerta un rostro que pregunta por el Sr. Palacete. ¿Quién era? ¡Richi-wichi! ¡Sí, él en persona!!!!

Se sentó a mi izquierda. Pobre. Pero hay que reconocerle el inmenso mérito de ser el protagonista de algunos de los momentos más incredibols de la noche: el hecho de darle algunos golpecitos con la mano plana en la cocorota desencadenó una reacción perruna indescriptible, inenarrable, inefable, inmarcesible. ¿Quién se podía resistir a repetir la jugada una y otra vez? Yo, desde luego, no, mi segundo nombre es Moviola.

El Dr. J., que para estas cosas es muy válido, fue el primero en proponer un brindis por los ausentes. Las multitudes le secundamos sin rubor. Uno de esos momentos bonitos, pardiez.

Y luego, el sector de fumadores iba saliendo periódicamente a nicotinarse a gusto. Como yo me abstengo del amable vicio, lamento decir que no puedo pasar el parte de lo que en esos momentos íntimos aconteció. Pregunten, pregunten ustedes a Rai, a Pe, a Elnan, a Morgana. Grandes conspiraciones se fraguaron entre ese grupo, y hoy en día sufrimos las consecuencias.

También fue lamentable constatar que, a pesar de la apolínea belleza que nos caracteriza, la incultura campa por sus fueros entre las neuronas palacetenyÑas. Mi breve conferencia sobre el teclado qwerty, ese buen amigo de todos nosotros, no recibió la cerrada ovación que sin duda merecía.

Los camareros, que ya nos miraban raro desde el principio, cosa que fue empeorando según avanzaba la noche y oían cómo nos llamábamos por los nicks ("Subcomandante", "Dr. J", "Raimon", que les debió parecer casi tan raro como "Alex", et al.) y cómo nos carcajeábamos, se dedicaron a escuchar desde la puerta, insinuando así que era hora de cerrar. Ni tiempo para un chupito nos dio.

Así que recogimos los trastos, Hrubesch y Corser se intercambiaron los pololos, a saber porqué, y nos fuimos a ver qué antro de perversión aceptaba servirnos.

Primeras bajas de la noche: Dr. BE y Subcomandante. Nos dio mucha pena a todos menos a Rai.

La tercera y última parte será más breve, sé que soy cansina, pero me debo a mi arte. Ole y ole.


***


PD by Subcomm: Y, en el próximo post, el espeluznante y pseudo-erótico post secuestrado de Chiringui.